Situado en el norte de la península ibérica, el parque natural de Somiedo (declarado reserva de la biósfera en 2000) muestra la esencia pura del bosque oceánico. Sus lluvias mantienen una humedad constante en unos bosques donde las densas nieblas hacen acto de presencia durante gran parte del año, dando un toque mágico a una de las zonas más salvajes del sur de Europa, donde hoy en día aun se pueden encontrar en total libertad osos y lobos. La actividad propia del valle ha estado siempre ligada a la naturaleza, donde el hombre ha realizado desde hace décadas las labores de pastoreo y de agricultura, creando así un paisaje único: la braña, nombre que se le da a los campos de pasto para el ganado durante el verano. Paisajes únicos que cobran fuerza en todo el valle junto con todo tipo bosques, hayedos, castaños, robles, fresnos….salpicados por asentamientos rurales, las cabañas de teito, pequeñas construcciones donde se alojaban las familias que subían el ganado al monte. El punto culminante del parque es el Cornón con sus 2.194 metros de altitud.
Dentro de los densos bosques del parque, habitan tres de las especies más destacables de la península ibérica, el escaso urogallo cantábrico, subespecie autóctona de la cordillera cantábrica, actualmente en decible total, el lobo ibérico, que encuentra entre los bosques y los pastos las zonas ideales para salir de caza y criar, y la joya del parque, el amo y señor de los montes de Somiedo: el oso pardo. Una población de más de 300 ejemplares ha logrado superar inclemencias de todo tipo, desde la caza furtiva al aislamiento de poblaciones por diferentes infraestructuras. Hoy en día los osos son el centro de atención del parque ya que con paciencia y silencio se pueden llegar a observar con cierta facilidad.