La reputación de Andorra viene otorgada por el boca a boca de la gente: ciertamente, los centros comerciales y las pistas de esquí son un potente reclamo turístico. Y si las zonas urbanas pueden a veces aparecer repletas de turistas, 80% de los valles están compuestos por zonas vírgenes inhabitadas, ideales para el montañero que quiera conocer un país diferente y una fauna abundante.
Con una altitud media de 2000 metros, el pequeño país de los Pirineos alberga unos ¡70 lagos de alta montaña, 100 cimas de más de 2500 metros y 30 refugios de montaña!
Los rebecos, los corzos, los muflones son habitantes de prácticamente todo el territorio y frecuentes en todas las reservas de caza de los parques. En cuanto a la fauna ornitológica, Andorra tiene una gran variedad, que se distribuye según la altitud, la exposición y los medios: águila real, quebrantahuesos, perdiz nival, mochuelo boreal, roquero rojo, treparriscos, chova piquirroja, chova piquigualda, piquituerto, acentor alpino… Pero la estrella indiscutible de los bosques de Andorra sigue siendo el urogallo, que presenta en este territorio una de las densidades más altas de los Pirineos.